sábado, 26 de diciembre de 2015

La fuerza contenida en los microcuentos


Crítica literaria publicada originalmente en Diario El Pilín
 
De mi última visita a la Furia del Libro traje varios libros y plaquettes que, a mi juicio, es necesario ponerles atención. No me quise ir a la segura de comprar lo que se ha reseñado u opinado hasta el hartazgo en los medios especializados, redes sociales o en la prensa, sino más bien, quise darle una chance más que merecida, a esas editoriales independientes que hacen trabajo de hormiguita y son solo conocidas dentro del circuito, y ahora, a través de esta humilde nota quisiera hacerles justicia para que se interesen en nuevas lecturas.

En esta oportunidad comentaré tres libros de la colección Microficciones de Ediciones Scherezade: Motivos de fuerza mayor (Christian Solano), Astillas de hueso (Gabriela Aguilera) y Ropa usada (Pía Barros)




La vida y el afecto en latencia constante



“Motivos de fuerza mayor” de Christian Solano (Lima, 1976) estás divido en cuatro escenarios de la vida cotidiana: Motivos de fuerza mayor -que da nombre al libro- habla sobre el amor de pareja; Family room nos adentra a los sinsabores de la vida familiar desde diferentes ámbitos; Fantasmas guardan relación con las dudas existenciales que acarreamos a partir de nuestras lecturas y vivencias; y por último está Zoofobia que establece ciertas similitudes, cargadas de humor e ironía, entre la conducta animal y la humana.

La calidad narrativa de estos microcuentos es bastante irregular, hay algunos muy bien logrados como “Sobrepoblación” que en sus inquietantes imágenes nos transportan a pasajes kafkianos, y que en cierta línea, me hizo recordar a Juan José Arreola. Pero también, este volumen, presenta otros relatos francamente débiles, que no pasan de ser anécdotas o ideas en voz alta sin madurar, como es el caso de “Primera palabra”. Aún así es un libro de lectura amena. Solano, supedita la voz narrativa a un bien mayor que es la unidad textual lo que permite un goce lector y libre interpretación de acuerdo a los gustos personales.

Microcuento destacado:

Una mejor excusa

Sin dejar de chupármelo, acomoda su sexo en mis narices. Me excita su olor irrespirable. Al lamer su clítoris, sus labios rosados tiemblan. Beso su ano, mordisqueo sus nalgas. Ya me vengo, me dice y me riega la cara con un chorro largo. Me ahogo con su líquido. Termino en su boca. Se mojan las sábanas, el colchón. Enseguida, nos vestimos y la niñera plancha lo mojado para que mi esposa no lo note. Es probable que ya no se crea que el bebé volvió a orinarse en la cama. (pág. 36 de Family room)

Motivos de fuerza mayor
Christian Solano
73 páginas
Santiago de Chile, 2015
ISBN: 978-956-9417-07-8
Valoración: entretenido e interesante

Las torturas como alma en pena en la memoria colectiva




“Astillas de hueso” de Gabriela Aguilera (Santiago, 1960) es un volumen poderoso desde el rescate de la memoria nacional y latinoamericana reciente. Con una profunda valentía que solo una mujer que ha vivenciado el horror puede permitirse, recrea momentos, sensaciones, temores individuales y colectivos que guardan relación con las torturas en manos de quienes se tomaron poder a través de la violencia y que la instauraron como política de Estado.

Hay mucho de Roa Bastos en estos relatos, que circulan entre el horror y lo onírico; entre lo maquinado y lo brutalmente ejecutado. La capacidad de Aguilera para retratar a torturadores y victimarios desde lo simbólico, pero también desde lo real: “Había heredado el aplomo y la galanura de los descendientes del Volga y los gustos exquisitos del Gran Imperio” pero también desde el espanto y la brutalidad: “Levantó la mano enguantada que empuñaba el corvo y lo clavó infalible en la garganta del prisionero. Siempre sonriendo, lo sacó con un rápido ademán y lo limpió en la camisa del hombre que, a sus pies, se iba en la sangre oscura que manchaba el suelo de cemento” (El Príncipe, pág. 31) nos dan cuenta que un narración consistente.

La autora traza un recorrido geográfico acudiendo a los desgarros creando un tejido que sigue las huellas de sangre en nuestra Latinoamérica. Los trece relatos sobre los kaibiles son escalofriantes, hombres entrenados para ejecutar sin cuestionamientos, pero que una vez pasada la esquizofrenia colectiva se ven enfrentados a sus fantasmas y temores, donde sin duda el peor verdugo es la propia consciencia.

Microcuento destacado:

Los ensacados
Con Pisagua, dolorosamente en la memoria

Así los encontraron, diecisiete años después, en un pueblo costero del norte. Los habían metido en sacos, luego de vendarles los ojos y dispararles de frente y de espaldas. Los ejecutores ni siquiera les dieron la oportunidad de quedar mirando el mar y los arrojaron en la fosa de dos metros de profundidad. Permanecieron sumergidos en la oscuridad y la sal. Pero los muertos que no son olvidados insisten en aparecer. Cuando salieron a la luz, el grito que permaneciera coagulado en sus bocas después de la última ráfaga, se escuchó en todo el país acribillado. (pág. 26)


Astillas de hueso
Gabriela Aguilera
108 páginas
Santiago de Chile, 2015
ISBN: 978-956-9417-03-0
Valoración: imprescindible, ¡léalo ahora ya!


La exquisita riqueza textual de Barros




“Ropa usada” de Pía Barros (Melipilla, 1956) es un libro rico en retratos que evocan ese sentimiento intrínseco que se tiene por los cuentos, en su sentido más elemental, el gusto de escuchar o leer una buena historia bien contada, así de simple, y así de efectivo. Barros hace gala del talento que le es innato, relata con espontaneidad empleando un lenguaje rico, atrevido y dinámico.

Este libro consta de dos escenarios. El primero guarda relación con historias de diversa índole que atraviesan situaciones protagonizadas por personajes dentro contextos populares, pero dotándolos de ese halo que nos maravilla, sorprende o sobrecoge, como el primer relato: “Creo haber oído que aquella noche el Emperador amó a la muchacha. Dicen que la leyó una y otra vez, pero lo asombroso era que, a cada giro del amor, los cuentos se entremezclaban y nunca podía leerse la misma historia” (pág. 8).

El segundo escenario, Ropa usada, es una metáfora cargada de denuncia. En esa tienda la ropa se comporta como un ente orgánico con quienes entran a comprar y traspasa parte de su terrible historia para impedir que la amnesia social se instaure: “-Es que los trajes de los torturadores nos calzan bien a todos – piensa la vendedora limándose la uñas, derrotada” (pág. 59); o que también sea el medio para recibir gratas sorpresas como la muchacha poco agraciada que encuentra la belleza, inesperadamente, en un abrigo de características similares. La dependienta, testigo sigilosa, lima sus uñas mientras observa dejando que cada cual encuentre eso que alguna vez perdió o nunca tuvo, sin importar como quede, porque al final en el acomodo es donde la historia toma ribetes insospechados y sigue su curso.

Microcuento destacado:

Historias tontas

El marino le iba contando la historia de cada una de sus cicatrices que tenía derramadas sobre el cuerpo.
Siempre pensó que la había seducido su bravura, su gallardía, pero lo que ella amó, fue su capacidad de contar cuentos. (pág. 16)

Ropa usada
Pía Barros
70 páginas
Santiago de Chile, 2015
ISBN: 978-956-9417-05-4
Valoración: imperdible, sandía calá


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