viernes, 18 de diciembre de 2015

La semilla del mal primigenio



Crítica literaria publicada originalmente en Diario El Pilín

Si bien Rodrigo Muñoz Cazaux es un debutante en la literatura nacional, es ya un experto en el ámbito creativo. Cuenta con producciones audiovisuales, además es autor de cuentos que se han publicado en la web. Con sangre en el ojo  es su primera novela.

Este no es un libro que esté dentro de mis intereses lectores, ciertamente. Si me hubiera topado con él en alguna librería, al leer la contratapa hubiera desistido de comprarlo, porque sencillamente así operan los prejuicios cuando ya se ha forjado una ruta lectora. Craso error, porque en esas ideas preconcebidas es donde se pierden oportunidades preciosas de acercarse a otras voces, otras letras y otras formas de comprender y por añadidura, crear literatura. Con sangre en el ojo: lo oculto en la profundidad, es un caso de estos, aquellos libros ocultos, de bajo perfil, que han aparecido en el escenario literario casi como por generación espontánea, pero que, y en eso me atrevo a jugar con las palabras, bien puede perfilarse como un libro de culto, ya que posee todos los elementos para ello.


“No es fácil encontrarlos, hay que leer entre líneas lo que ocurre en el mundo, además debemos preocuparnos de pasar desapercibidos para el resto. Somos sombras entre las sombras, no existimos en el mundo aun cuando éste nos tenga sangre en el ojo. Somos una casta maldita, unos parias, solo entre nuestros semejantes nos sentimos a gusto” (pág. 187-188).

De lectura rapidísima, doscientas trece páginas que se leen en un día y medio con el mayor agrado, la historia, sencillamente, atrapa, te deja sin aliento y al terminar, puedo afirmar, quedas con síndrome de abstinencia y ganas de seguir. Con sangre en el ojo transcurre aproximadamente en quince días, presentando alteraciones espacio-temporales en la percepción de sus protagonistas, pero para el lector cumple un riguroso trayecto lineal que comienza el 27 de febrero, día del terremoto, hasta la gran réplica a mediados de marzo de 2010. Se percibe el dominio del lenguaje cinematográfico que posee Muñoz Cazaux, emplea soberbiamente los flashbacks en la narración, especialmente en los primeros capítulos donde se presentan las historias individuales de sus cuatro protagonistas: Joaquín, el profesor de historia; Aurora, la enfermera; Sergio, el exitoso corredor de propiedades y Clara, la estudiante de arte. Personas, en apariencia, correctas y con vidas resueltas, guardan en su fuero interno secretos terribles, motivaciones moralmente cuestionables y cualidades usadas para deleznables propósitos. Es decir, gente que nace con el gen de la maldad y la marca de Caín en su alma.

Luego del terremoto, y por razones inexplicables al raciocinio, deciden abandonar su pasado dejando todo atrás; de hecho, a excepción de Sergio, ninguno tiene ya nada que perder. Huyen de todo y emprenden viaje a un lugar completamente desconocido respondiendo a una especie de voz interna de origen misterioso. En ese periplo se encuentran en medio de un asesinato y continúan el trayecto sin aspavientos hacia su destino. Los monólogos internos de los protagonistas mantienen la tensión a través, y esto es un logro, de la construcción robusta, sin revés alguno, y lenguaje espontáneo sin pretensiones estéticas rebuscadas. De hecho, en ciertos pasajes descriptivos del lugar se pueden percibir similitudes con Los altísimos de Hugo Correa al crear esa atmósfera de sutil opresión. Va directamente al hueso, sin darse vueltas por caminos sinuosos para retratarnos el mal, pero no el mal como algo banal según el planteamiento de Arendt, sino un mal primigenio, que tiene relación con los simbolismos que se van urdiendo hasta transformarse en un tejido de mayor complejidad en la significancia de las personas.

Y es acá, en el tema del mal y los simbolismos donde se pueden fundar otros paralelos. En una primera lectura, el lugar de destino es atemporal, una especie de Comala, un pueblo sin barreras, pero del que -misteriosamente- los que llegan no pueden salir, porque la fuerza maligna de sus acciones los obliga a permanecer ahí, presos de la confusión que produce esa agua en apariencia inofensiva, pero que -en cada sorbo- provoca que la sucia consciencia de sus habitantes pierda conexión con la realidad. O si prefieren una relación más cinéfila, con El ángel exterminador de Buñuel. Esto es lo misteriosamente profundo y oculto que tiene Con sangre en el ojo: su arquitectura está diseñada como una película de suspenso. En cada lectura (y digo en cada lectura porque hay momentos tan bien logrados que te invitan a leerlos nuevamente), entrega constantes pistas y señales para interpretarla o reinterpretarla,  acudiendo a una multiplicidad de referentes.

Hay escritores que nacen con la claridad y madurez necesaria para crear, Rodrigo Muñoz Cazaux lo ha demostrado con este libro que supera todas las expectativas de una primera novela. Sin lugar a dudas estamos en presencia de un excelente debut literario y es de esperar que su autor considere una secuela, porque Con sangre en el ojo aún tiene mucho que entregar.



Con sangre en el ojo: lo oculto en la profundidad

Rodrigo Muñoz Casaux

213 páginas

Panspermia Editorial

Santiago de Chile, 2015

ISBN: 978-956-9567-03-2

Valoración: No se lo pierda, ¡léalo ahora ya!

1 comentario:

  1. Tu veta crítica me atrapó si más. La verdad, me gustan las críticas literarias y las tuyas son muy buenas, de cierto me han gustado. No sé si lea los libros que recomiendas, porque no tengo tiempo ni para pensar pero fue un placer leerte y bañarme un poco en tus aguas literarias.
    Un saludo y fue bueno leerte..
    Volveré.

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