Crítica literaria publicada originalmente en Diario El Pilín.
Carlos Peirano, joven poeta de Viña de Mar, acaba de publicar La loza del cielo, un
plaquette compuesto por diecisiete piezas líricas íntimas y
contemplativas, que a momentos parecieran disociarse de lo colectivo,
transitando en los límites de un claustro auto-impuesto.
Aquí no nos encontramos con juegos de espejo, ni con la asfixiante
ferocidad humana. Tampoco con filos de ironía, ni con imágenes crípticas
e inexpugnables que nos obliguen a abandonar la lectura. Al contrario,
cada poema desde su tonalidad sobria y ritmo cadencioso invita a
transitar en un entramado que nos es conocido y acoge desde el recuerdo,
sin las cavilaciones propias de cuando nos enfrentamos a un texto y
autor del que poco o nada conocemos. Vale decir, el texto fluye y se
deja leer.