lunes, 23 de marzo de 2015

Isaac Bashevis Singer: El mago de Lublin


Cita destacada: 

“No, él no era inculto. Su padre había sido un hombre instruido, y Yasha de muchacho estudió el Talmud. Después del fallecimiento de su padre, le aconsejaron que continuara su educación, pero en lugar de hacerlo se había unido a los circos ambulantes. Era mitad judío y mitad pagano… en el fondo, ni una cosa ni otra. Él había creado su propia religión”.

Isaac Bashevis Singer (1904-1991) novelista y cuentista judío polaco, galardonado con el premio Nobel de literatura en 1978, escribió toda su producción literaria en yiddish, es además, uno de los escritores favoritos de esta servidora. Dueño de una pluma deslumbrante y resuelta, describe la vida de los judíos polacos en el escenario antisemita de Polonia a mediados del siglo pasado rescatando (siempre con gran generosidad) la cultura y fe de los judíos asquenazí.



El protagonista de esta novela es Yasha Mazur, un mago de extraordinario talento que divide su amor entre cuatro mujeres: su esposa Esther, su ayudante Magda (una joven católica), su amante ocasional Zeftel (esposa de un ladrón sin paradero conocido) y la mujer que roba sus suspiros: la viuda católica Emilia.

Al contrario de lo que ustedes estarán pensando esta no es una novela de amor, está lejos de serlo. Es la novela acerca de un hombre (personaje típico en la creación literaria de Singer) que vive en constante conflicto respecto a los pasos que debe dar en su vida. El hecho de estar entre correría y correría con cuatro mujeres (todas saben de la existencia de las otras amantes, excepto la fiel y abnegada Esther) en los viajes de la compañía, da cuenta de una personalidad enigmática llena de recovecos donde el sexo -más que una manifestación de amor- es una demostración de virilidad, queriendo contener aquello que le entrega algo de paz.

Yasha es un seductor nato, se enorgullece de ello, y aprovecha todas sus habilidades para ejercer ese poder sobre quienes conoce. Puede hacer acrobacias, actos de ilusionismo, escapismo (referencia elegante al gran Harry Houdini) e hipnotizar personas. Lector voraz de literatura científica, con gran sentido crítico y analítico, en constante búsqueda e interés por el aprendizaje, abandonó la formación judía al morir su padre para dedicarse a la magia. En ese entonces, cuando no pasaba de ser un mago de pueblo, conoce al empresario Wolsky y se une a su empresa itinerante. En adelante, Yasha es conocido como El mago de Lublin, apodo referido a su ciudad natal.

Hasta ahí el mago parecía tener todo bajo control: éxito, prestigio y placer asegurado, pero sus deseos lo traicionan. Está enamorado de Emilia. La desea con toda la vitalidad de un hombre que puede darse el lujo de poseer carnal y espiritualmente a tres mujeres. Yasha siente gran admiración por su intelecto, educación y recato. Es correspondido y se arroja a una relación amorosa con ella. Pero Emilia le exige dejar a sus otras mujeres y convertirse al catolicismo, contraer matrimonio, irse de Polonia y empezar una nueva vida donde nadie los conozca. Pero todo eso requiere tiempo, organización y una gran cantidad de dinero… y es aquí, en la falta de dinero y la culpa (otro rasgo distintivo en la literatura de Singer) por dejar a su esposa Esther y el judaísmo, donde empiezan las complicaciones. Se da cuenta que a pesar de ser mitad judío, mitad pagano, la herencia judía pesa mucho más de lo que pensaba, provocando en él cuestionamientos acerca de la fe.

Se dice que Yasha es un hombre adinerado, pero no es así. En su Lublin natal se comenta que si hubiera seguido la senda de la delincuencia sería un hombre rico y un peligro para la sociedad. Gasta demasiado y no tiene capacidad de ahorro (¡Vamos, que sale carito mantener cuatro mujeres!). Ve casi imposible concretar y consumar su amor (Emilia no se le ha entregado aún), hecho que lo desespera al extremo de fraguar planes poco éticos para triunfar en su amorosa empresa. Planea cometer un robo, pero no se decide, se lo come la culpa. Hasta que conoce a un tipejo, a través de Zeftel, que se dedica a la trata de personas,  trasladando y traficando judías polacas en Argentina. Es ahí cuando se decide (pensando -con su ego- que si un tipo ruin y con menos habilidades tiene dinero, él también es capaz) a robar en casa de un anciano avaro (referencia del autor a la influencia de Dostoeivski). Las habilidades de Yasha desaparecen con los nervios, se vuelve torpe y errático. El gran mago de Lublin se ha convertido en un inútil timorato. Es incapaz de abrir la caja de fondos, se cae y sufre una lesión en uno de sus pies. Escapa como puede en un confuso incidente y sin dinero. Llega a la casa donde se hospeda y encuentra a Magda (su ayudante y amante) ahorcada y los animales de su presentación muertos por ésta hace pocos instantes. La desesperanza de la muchacha y el fallido robo hacen comprender a Yasha que su mayor acto de ilusionismo ha sido con él mismo, al representar la comedia más macabra que puede representar un judío: escapar de su fe y sus tradiciones.


Autor: Isaac Bashevis Singer (Radzymin, Polonia 1904 – Florida, Estados Unidos 1991)

Título original: Der Kunstnmakher fun Lublin

Editorial: Plaza & Janés, 1979

Idioma original: yiddish

Traducción del inglés: Luis Buelta

Año de publicación: 1960

Número de páginas: 156

Novela

Valoración: excelente, “sandía calá”.

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